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Fiestas tradicionales de Fermoselle

Invádete de nuestra cultura
 

En el corazón de los idílicos paisajes de los Arribes del Duero, emerge Fermoselle, un pueblo que, pese a su tamaño modesto, resplandece como un auténtico tesoro de legado cultural y tradicional. Entre sus adoquinadas y estrechas calles, se entretejen innumerables relatos, arraigadas costumbres y festividades que, desafiando el paso de los años, todos sus habitantes las continúan conservando con la misma ilusión y orgullo del primer día.

Estas celebraciones, tan resonantes y arraigadas en la identidad de Fermoselle, atraen año tras año a numerosos visitantes curiosos por descubrir que es aquello que las hace tan especiales. A través de este artículo, queremos conseguir, de alguna forma, sumergiros en el ambiente de nuestras vibrantes festividades tradicionales, para que podáis sentir ese sentimiento tan especial que vivimos durante estos días, en donde cada calle emana el palpitar de su gente y la riqueza de su herencia cultural.

Os hablaremos un poquito sobre algunas de ellas, desde las celebraciones más religiosas hasta las fiestas populares que inundan de color y alegría las calles. ¿Te apuntas a descubrir como los fermosellanos mantenemos viva nuestra cultura y tradiciones?

Fiestas de San Agustín, Fermoselle.

Origen e historia.

Si hablamos de las festividades de Fermoselle, no podíamos empezar por otra que no fuera la que hace honor a su patrón, San Agustín. Siendo, por ende, la fiesta principal y la más antigua, considerando los indicios que se han encontrado que datan en el año 1523.

Se desconoce el verdadero motivo del nombramiento de San Agustín como nuestro patrón, pero las diversas leyendas que rodean la hipótesis comparten la teoría de que dicho suceso se debe a la iniciativa que tomaron los primeros hombres que se asentaron en la “Fuente del Álamo”. Quienes, en el siglo XVI, determinaron la construcción de una parroquia bajo el nombre de San Agustín.

Una decisión que fue recibida con gran sorpresa por los residentes del pueblo, ya que, venían venerando a otras figuras como: San Roque, a la Virgen del Rosario o a la Virgen de la Concepción.

Con tantos interrogantes sin responder, se ha nombrado la historia de San Agustín como “la historia de una inquietud”.

¿Cuándo comienza San Agustín?

El pistoletazo de salida que comunica que Fermoselle está de fiesta, es el tintinear de su campana, pero no de una cualquier, sino de la Campana Torera.

Estratégicamente ubicada en lo más alto del ayuntamiento, esta campana retumba cada 1 de agosto para anunciar el comienzo de las fiestas de San Agustín.

La Campana Torera en el campanario de Santa Colomba

Pero no se trata solo de un simple preludio festivo; el tintineo de esta campana acompaña y envuelve cada momento de las festividades, resonando antes, durante y después de cada actividad programada. Más que un simple sonido, esta melodía es recibida por los fermosellanos con un palpable sentimiento de emoción indescriptible, marcando el inicio de días llenos de alegría y tradición.

Los encierros de Fermoselle.

En el corazón de la Fiesta de San Agustín, los verdaderos protagonistas son los toros, criaturas que infunden un espíritu festivo que atrae a multitudes para presenciar los famosos encierros. Este evento, que constituye el epicentro de las celebraciones en las comarcas y provincias vecinas, se erige como el punto culminante para los fermosellanos durante estas fechas tan especiales.

Aunque la esencia del recorrido se conserva, el paso de los años ha llevado a una modificación en su itinerario, modificando su paso por el centro del pueblo, por los corrales en las afueras, hasta llegar a su destino final: la histórica Plaza Mayor de Fermoselle. Este cambio de ruta no ha disminuido en absoluto la emoción y la tradición que rodea a los encierros, que siguen siendo un símbolo de identidad y orgullo para la comunidad local.

San Agustín y sus arraigadas actividades.

En la semana de fiesta de San Agustín, en Fermoselle se respira un aire impregnado de tradición y celebración, donde se continúan desarrollando las mismas actividades. Todo comienza con el emocionante chupinazo que marca el inicio de la semana festiva, acompañado del repique característico de la "Campana Torera" en el campanario de Santa Colomba, una señal que resuena en lo más profundo de la comunidad.

La Misa Tradicional Castellana, conocida como el "Gallito", es un evento que nunca puede faltar en la parroquia de la villa, donde los fermosellanos se congregan para honrar sus raíces y fortalecer su identidad cultural. El espectáculo de danza tradicional es otro momento destacado, donde los movimientos y ritmos ancestrales cobran vida para deleite de todos.

La sabiduría y el conocimiento también tienen su espacio en estas festividades, con el Ciclo de Conferencias en el Salón de Actos, donde los ciudadanos comparten espacio para escuchar atentamente sobre temas de interés cultural y social, bajo el lema #FermoselleEsCultura.

Y, por supuesto, no podemos olvidar a los más pequeños, quienes también participan activamente en la celebración. Diversas actividades infantiles están diseñadas para que disfruten al máximo de estos días festivos y se sumerjan en el ambiente festivo desde una edad temprana. Talleres de juegos tradicionales, proyecciones de mágicos cines de verano y otras actividades lúdicas les brindan la oportunidad de crear recuerdos entrañables y fortalecer su conexión con las tradiciones de su pueblo. En Fermoselle, la celebración de San Agustín es mucho más que una simple fiesta; es un vínculo que une generaciones y enriquece el tejido cultural de la comunidad.

Romería de San Albín, Fermoselle.

Origen e historia.

La romería tiene lugar en la actual explanada de la ermita de Nuestra Señora de la Merced. Decimos actualmente, porque en documentos encontrados se ha podido comprobar que antiguamente a esta ermita se le denominaba “ermita de San Albin y San Adrián”.

Al igual que sucede con el origen de las fiestas de San Agustín, sobre el origen de la Romería de San Albín no tenemos una clara explicación. Lo que si podemos compartiros es la teoría de que se considera una festividad viajera. El motivo, el constante traslado de uno de los arcos de la ermita, el más icónico al contener este mensaje: “acabó el año de 1096, siendo mayordomo P. Fermoselle”.

No fue hasta principios del siglo XIX, cuando se trasladó al que es hoy su actual emplazamiento.

En qué consiste la Romería de San Albín, Fermoselle.

La Romería de San Albín, celebrada cada martes de Pascua, esta señalada como un momento emblemático en el calendario festivo de Fermoselle, justo dos días después de la imponente Semana Santa y en sintonía con la entrada triunfal de la primavera.

En este día tan especial, los vecinos de Fermoselle acuden a pie a la pequeña ermita de San Albín, construida en el año 1553 en la carretera de Zamora, a las afueras de Fermoselle. Allí, en un ambiente de recogimiento y devoción, se celebra la Eucaristía en honor a San Albín, seguida de una pausa para deleitarse con los manjares más representativos de la gastronomía local.

Ermita de San Albín (Derechos de imagen Wikiloc: Mireia Vall)

Entre las delicias que adornan la mesa, destacan el tradicional licor, el aroma del café, los deliciosos periquillos, los huevos cocidos y el popular hornazo, todo ello acompañado por las melodías característicamente fermosellanas como "La Coronela" y los acordes de la clásica flauta y tamboril. Si deseas explorar más sobre la exquisita gastronomía de la región, te invitamos a echar un vistazo a nuestro último post, donde encontrarás un festín de sabores que deleitarán tu paladar.

Uno de los productos que más sorprenden durante esta celebración es el huevo cocido, un ingrediente icónico que nunca falta en esta festividad. Aunque su significado exacto es objeto de debate, se cree que su presencia se debe a su facilidad de transporte sin dañarse durante el trayecto hacia el campo. Sin embargo, otras teorías apoyan a que esta tradición se debe a su significado, al ser considerados un símbolo de duelo y servido también en velatorios y tras los funerales.

Y, por último, otra de las comidas protagonistas es el Hornazo, relleno mayoritariamente de chorizo, se erige como protagonista indiscutible de esta jornada festiva. Su consumo encuentra su justificación en el final del período de abstinencia de carne, ya que la Romería de San Albín, marca el inicio de la primavera y el fin de los siete días en los que el consumo de carne estaba prohibido.

Hornazo relleno de chorizo, típico en la gastronomía de los Arribes del Duero

Romería de Santa Cruz, Fermoselle.

Origen e historia.

Comencemos por explorar el origen de esta emblemática Romería en Fermoselle, que se celebra en el lunes de Pentecostés. Para entender su significado, es crucial comprender primero qué representa el día de Pentecostés.

En las tradiciones judías, existe una leyenda que relata la llegada del Espíritu Santo a la Tierra para encontrarse con Moisés en el Monte Sinaí y entregarle los Diez Mandamientos. Este evento, marcado en la historia, establece la importancia del día de Pentecostés.

En el contexto cristiano, el día de Pentecostés ocupa un lugar destacado, justo después de las festividades de Pascua y Navidad. Es un momento crucial que merece ser celebrado y comprendido en su contexto. Ahora, retrocedamos para conocer el origen de la Romería en Fermoselle y, en segundo lugar, os contaremos que es lo que se hace actualmente para celebrarla.

Campo de cosecha de olivos y viñedos, típicos de la zona de los Arribes del Duero

El grado de certeza no lo sabemos, pero según llevamos escuchando desde niños, todo comenzó una mañana a las orillas del río Duero. Como era de costumbre, los campesinos se encontraban trabajando sus cosechas de viñedos y olivos, cuando uno de ellos, fue sorprendido por una especie de tronco que flotaba por el riachuelo. Cuando se acerco más a la orilla y achico los ojos, su sorpresa fue aun mayor al comprobar que ese tronco que le pareció ver en un primer lugar, no era ni más ni menos que una cruz con un cristo crucificado.

Sin caber en su asombro y con una mezcla de curiosidad y temor, anuncio la noticia a todos sus compañeros. Quienes al comprobar que las palabras del campesino eran ciertas, decidieron extraerlo del río para poder apreciarlo con nitidez.

Después de varios intentos fallidos, debido a la fuerte corriente, a las punzantes piedras y a los pocos medios con los que contaban, lo consiguieron.

Por miedo, desconcierto o simplemente, respeto, tomaron la decisión de entregárselo a las autoridades de Fermoselle. Días después, sin saber que hacer con tal descubrimiento, entre todos los vecinos decidieron que lo mejor sería, que ellos mismos construyeses un templo y lo colocarán en su interior.

Y así fue, como con la unión de todo el pueblo y sus escasos recursos, construyeron la la ermita de Santa Cruz, en una zona elevada y orientada hacía el país vecino, Portugal, al ser la zona de la que parecía provenir el cristo.

Las tradiciones de la Romería de Santa Cruz.

Una leyenda, que por surrealista que parezca, ha sido transmitida años tras años entre los fermosellanos como un milagro divino al que había que honrar. Además, otro epilogo que completa dicha leyenda es, la idea de que fueron los propios portugueses los que arrojaron al río Duero, el Cristo Crucificado debido a su fealdad.

Y después de tantas leyendas y divagaciones, te preguntaras: ¿Qué hacéis para honorificar al Cristo Pino?

Pues bien, nosotros te resolvemos la duda. El día de la Romería, todos los vecinos, desde los niños hasta los más ancianos, hacen el mismo recorrido. Saliendo desde el punto de reunión del pueblo, la Playa Mayor y recorriendo preciosos caminos llenos de vegetación hasta llegar al punto clave, la ermita de Santa Cruz. Llegados a este punto, todos los vecinos rinden homenaje al Cristo del Pino.

Vistas del Río Duero

Un acto religioso muy emocionante para los fermosellanos y que está acompañado de clásicas melodías tradicionales ligadas a las fiestas tradicionales. Un ritmo y unas letras tan repetidas que se han convertido en el signo de Fermoselle que nunca puede faltar cuando hay algún tipo de acto de cualquier tipo.

Y como broche final, esta emotiva tradición culmina con la degustación de una variedad de productos caseros, tesoro gastronómico que refleja la identidad de Fermoselle.

Esta emotiva tradición culmina con la degustación de una variedad de productos caseros, tesoro gastronómico que refleja la identidad de Fermoselle. Que estas costumbres perduren en el tiempo es el deseo de todos, pero si algún día se desvanecieran, el Cristo y su ermita seguirían siendo testigos eternos de la esencia de Fermoselle y su gente.

Festividades tradicionales en Fermoselle y su gran prestigio.

En nuestro recorrido por las festividades más emblemáticas de nuestro querido pueblo, hemos explorado tres joyas de nuestra cultura arraigadas en la historia y la leyenda. Desde las Fiestas de San Agustín, hasta las romerías que han resistido el paso del tiempo, hemos sido testigos de cómo las antiguas leyendas transmitidas de generación en generación, han dado forma a nuestras costumbres más queridas.

Es realmente sorprendente cómo estas leyendas, llenas de paradigmas y datos surrealistas, han mantenido viva nuestra identidad cultural y han conseguido que todos los habitantes de Fermoselle nos reunamos para celebrarlas juntos.

Momentos únicos, en medio de los mágicos paisajes de los Arribes del Duero, compartiendo risas, anécdotas, productos típicos, practicando en las populares actividades y recordando esa música tan especial que nos invade de alegría. Es en estas ocasiones especiales, cuando se fortalecen los lazos comunitarios y se crea un vínculo inexplicable entre nosotros.

Mirando hacia el futuro, en cada Romería, todos compartimos un mismo deseo, que estas festividades culturales nunca se desvanezcan, sino que florezcan con renovada vitalidad para las próximas generaciones. Que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de estas tradiciones de la misma manera que lo hacemos nosotros, o incluso, que encuentren en ellas un motivo aún mayor de inspiración y alegría.

Te invitamos a que conozcas por ti mismo las una y mil historias más de nuestro maravilloso pueblo de leyenda, que te dejes llevar por sus tradiciones, comidas y bailes. Y para ello, no hay mejor lugar que nuestra Posada Doña Urraca.

Un lugar perfecto en el que te olvidarás de todo, descansarás en confortables habitaciones, degustarás de exquisitas recetas tradicionales elaboradas con los productos locales y, lo mejor de todo, en un entorno tranquilo rodeado de naturaleza y con unas vistas impresionantes del Parque Natural Protegido de Los Arribes del Duero que conseguirán que desconectes de la ajetreada rutina.

¿Se puede pedir más? 

¡Te esperamos!

C/ Requejo, 272. Arribes del Duero

Teléfono. (+34) 980 613 473 | 679 995 602

 

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